El exseleccionado mexicano aseguró que la derrota ante los andinos en la Copa América de 2016 dejó una gran lección que les ayudó a madurar.

El 7-0 ante Chile dejó una huella imborrable (Foto: Especial) El 7-0 ante Chile dejó una huella imborrable (Foto: Especial)

Hay partidos que quedan marcados para la historia, ya sea para bien o mal. En el caso de México, la derrota ante Chile en la Copa América de 2016 se trató de un simbolismo importante, al ser la última participación del Tricolor en este torneo organizado por Conmebol… hasta su regreso este sábado ante Jamaica, otra selección invitada al certamen.

El 18 de junio se cumplieron ocho años de aquella noche en el Levi’s Stadium, donde Eduardo Vargas anotó cuatro goles, Edson Puch consiguió un doblete y Alexis Sánchez aportó uno más para el triunfo de La Roja en Cuartos de Final: un 7-0 que representa la mayor derrota para México en un partido oficial y también un aprendizaje para uno de sus testigos.

“En ese torneo en particular me tocó vivir una de las lecciones más grandes que me han tocado en una cancha de futbol”, recordó Miguel Layún en entrevista con MILENIO-La Afición con respecto a ese partido de la Copa América Centenario.

 

Lecciones aprendidas

En aquel entonces, Layún jugaba con el Porto en Europa y era lateral titular en la alineación de Juan Carlos Osorio. Miguel jugó los 90 minutos y vio una de las dos tarjetas amarillas del Tricolor en una noche que todavía se recuerda con amargura y que en su tiempo causó un revuelo a la hora de señalar responsables.

Pero Layún es analítico. Todo depende de con qué cristal se observen las cosas y el examericanista usa aquella experiencia como una enseñanza: la preparación, mentalidad y concentración de los rivales fue superior aquella noche en Santa Clara; no es que los mexicanos no se tomaron el partido con el interés debido, pero sí que los andinos estaban mentalizados en ser campeones y nadie los frenó.

“Ese día entendí que un profesional tiene que competir a su máximo nivel, en todo momento. Y con esto me refiero no a que nosotros habíamos dejado de competir, porque muchas veces se malinterpreta ese resultado con eso, sino que los jugadores de Chile llegaron mucho mejor que nosotros a ese partido, nunca aflojaron y siempre mantuvieron una intensidad tan alta que no nos daban capacidad de respuesta”

Lejos de lamentarse por la derrota, Layún rescata esa enseñanza tanto para él como para sus compañeros, porque eso les ayudó a madurar como jugadores y fue determinante para lograr otros importantes resultados, como el cuarto lugar en la Copa Confederaciones, pero sobre todo, el tomar revancha ante Alemania –contra quienes se perdió por 4-1 en las Semifinales de la Confederaciones de 2017– y se les ganó por un gol en el primer partido del Mundial de Rusia 2018.

“Eso para mí fue de asombro y creo que fue una lección que hemos podido vivir, tanto es así que terminamos llegando a la Copa del Mundo de 2018 y nos quedamos con una primera victoria contra Alemania, ese es un honor importante”

 

La necesidad de volver

Fue en 1991 que México recibió la invitación formal para participar en la Copa América de 1993, que se celebró en Ecuador. Aquella fue su participación más memorable, al llegar hasta la Final ante la Argentina que dirigía Alfio Basile en el banquillo y con Gabriel Omar Batistuta y Óscar Ruggeri como referentes en la cancha.

El Tricolor tuvo un debut espectacular y es, hasta la fecha, el único país que no forma parte de la Conmebol que ha disputado la Final del torneo de selecciones más antiguo del mundo. Tras no participar en 2019 y 2021, México regresa a la Copa América y Layún cree que será importante para el desarrollo del futbol, porque en Concacaf son los países de Centroamérica y el Caribe los que se han desarrollado, mientras México no goza del mismo crecimiento.

“Es un torneo importante porque el roce con ese tipo de jugadores, con ese tipo de selecciones, que no lo tenemos constantemente, nos ayuda mucho. De repente la gente que se dedica a analizar el deporte no se da tiempo para hablar de cómo la Selección Mexicana, que siempre tuvo un nivel por arriba del resto de las selecciones en Concacaf, al competir las otras selecciones con México o con Estados Unidos, que eran las que más marcaban una diferencia, se iban acercando a ese nivel. Nosotros no teníamos a alguien por arriba que nos obligara a seguir creciendo, entonces por eso este tipo de torneos son importantes