La agrupación celebrar la trayectoria de Vicente Fernández, con quien han llevado una relación de colegas de más de 50 años

El único tema inédito, Un consentido de Dios, lo grabaron con la participación de Vicente Fernández / Cortesía | UNIVERSAL MUSIC

 

La historia se repitió 35 años después: una canción unió a Los Tigres del Norte con Vicente Fernández. Los artistas, más que colegas, tienen una fraternal relación desde que iniciaron sus carreras hace más de medio siglo.

En enero de 2019, Los Tigres del Norte recibieron un tema de Roberto Fausto, quien también la envío a Vicente Fernández. El grupo decidió no grabarla, tal como en 1984 hicieron con el tema Los mandados, que se convirtió uno de los grandes éxitos del Charro de Huentitán. Entonces, declinaron grabar esa crónica de un indocumentado, porque acababan de lanzar La jaula de oro y prefirieron apoyar su propia composición.

Vicente Fernández, the King of Machos and Heartbreak - The New York Times

Sin embargo, Un consentido de Dios, la canción que Fausto les envió, se convirtió en el único tema inédito del álbum en homenaje a Vicente Fernández que Los Tigres del Norte lanzaron el pasado 31 de enero y presentarán en vivo los próximos 6 y 7 de marzo en el Auditorio Nacional.

“Es una letra muy apegada a la historia de él, de su legado, de lo que ha hecho en la música el icono número uno de la canción, es como su historia, nos interesó mucho, porque siendo amigos desde hace muchos años, empezamos casi al mismo tiempo nuestras carreras, trabajamos muchas veces juntos”, relata en entrevista con El Sol de México Hernán Hernández, bajista y vocalista de Los Tigres del Norte.

Precisamente la letra de ese tema los motivó para hacer un disco completo en honor al cantante, con canciones como Acá entre nosDe qué manera te olvidoMujeres divinasLos mandadosLa ley del monte y El arracadas, que grabaron con acompañamiento de mariachi.

El único tema inédito, Un consentido de Dios, lo grabaron con la participación de Vicente Fernández, con quien grabaron la maqueta en su estudio. “Siempre que estamos en Guadalajara lo visitamos, tenemos relación también con sus hijos, con Alejandro más, porque hicimos una gira juntos en Estados Unidos y nos conocemos desde hace tantos años, íbamos a muchas partes de Estados Unidos, cuando Alejandro cantó por primera vez en San Antonio, estábamos ahí, en esa época grabamos El tahúr y después Vicente lo grabó, hizo la película y todo, pero nunca existió una rivalidad, inclusive él ha grabado canciones nuestras como Nos estorbó la ropa. Hacer un homenaje a su carrera es un gusto para nosotros”, explica.

Un migrante bendecido

Hernán Hernández es músico desde los siete años. Junto a sus hermanos y primos, sabe no sólo de las dificultades que implica su profesión, sino de la incertidumbre de ser indocumentado, una temática que ha estado presente en sus canciones desde sus inicios como Los Tigres del Norte, en 1968.

“Con el gobierno de Trump lo hemos resentido mucho, a pesar de que estamos legalmente, lo sufrimos porque sentimos ese rechazo de no ser incluidos”, dice Hernán.

“Está todo muy difícil para los que no tienen documentos, la tragedia de los dreamers, los jóvenes que llegaron con sus papás cuando eran niños y con este gobierno están siendo deportados, todos los que no tienen papeles viven en pánico, porque no saben qué les va a pasar mañana”, agrega.

Y ahora más que nunca es relevante compartir su mensaje con el público mexicano que vive en Estados Unidos. “Nuestras canciones y nuestra manera de cómo nos sentimos realmente, es porque vivimos también un tiempo de ilegales, aunque cuando llegamos no era tan notorio”, explica el músico.

“Creo que los latinos nos refugiamos en la música para muchas cosas, nos ayuda en muchas situaciones. En México, llevamos música hasta para sepultar a alguien, hay canciones que te animan, otras que te dan nostalgia, porque te recuerdan a alguien, o a tu familia cuando estás en otro país, es como un alimento, siempre está presente en todos nuestros sentimientos y todas las ocasiones; la música te cambia, es como un alivio para estar de buen ánimo o recordar algo”.

Radicados en San José California y aunque han formado sus propias familias en EU, los hermanos Hernández saben bien lo que la nostalgia puede provocar cuando se está lejos de casa, pero además de hacer la crónica de las vicisitudes de los indocumentados, en distintos momentos han participado en la política, particularmente impulsando el voto latino.

Y si bien insiste en que Un consentido de Dios es el relato de la vida de Vicente Fernández, reconoce que en su caso, puede decir que se siente bendecido. “Empecé cantando con mi hermano Jorge a los siete años y a tocar el bajo a los 12; seguir cantando, viajando, me hace sentir muy bien”.

Aunque su disciplina los ha privado de llevar una vida normal, la música sigue siendo su prioridad, concluye. “Otras personas pueden celebrar el cumpleaños de sus hijos, de su esposa, su mamá, su papá, en Navidad estar en familia, muchas cosas de las que nosotros nos privamos, porque tenemos una responsabilidad, la gente paga por vernos, compra un disco, o ve los videos y tenemos que estar en condiciones. Pero me siento bendecido porque estoy bien de salud, sigo en la música, hemos estado en la misma compañía toda la vida, muchas cosas se agregan para ser feliz”.