Leonor, ‘una más’ en el Baile del Ciento, pero bajo estricta vigilancia de su personal de seguridad.
La princesa Leonor protagonizó este fin de semana uno de los momentos más polémicos de su joven vida pública.
Todo ocurrió durante el tradicional Baile del Ciento, una celebración organizada por los alumnos de la Escuela Naval de Marín que, este año, tuvo un giro inesperado.
Aunque Leonor brilló con su uniforme de gala y una actitud cercana con sus compañeros, la madrugada dejó entrever el lado más controvertido de la futura reina.
Según testigos, la princesa, que había disfrutado de la fiesta como “una más”, se mostró especialmente “chisposa” a medida que avanzaba la noche, lo que generó situaciones tensas para su escolta.
Mientras los asistentes intentaban captar imágenes de la joven en momentos más distendidos, el personal de seguridad intervino para evitar que estas fotografías comprometedoras salieran a la luz.
Los móviles que podrían contener imágenes comprometedoras de la hija de Felipe VI y Letizia fueron requisados y, en algunos casos, las fotos eliminadas bajo estricta supervisión.
Una fiesta desenfrenada con medidas extremas de seguridad
El Baile del Ciento es conocido por ser una velada llena de música, risas y camaradería, una noche donde los guardiamarinas dejan de lado el rigor militar para disfrutar como jóvenes universitarios.
Leonor, vestida con el uniforme de pantalón azul marino, destacó por su integración y complicidad con sus compañeros.
Sin embargo, la atmósfera relajada de la celebración, que incluyó música de artistas como Karol G y Quevedo, así como bebidas en abundancia, pareció sobrepasar algunos límites.
Ahora bien, a lo largo de la noche, varios asistentes intentaron inmortalizar el momento con fotografías de la princesa.
Pero, para sorpresa de muchos, su escolta reaccionó de forma tajante, interviniendo en cuanto alguien apuntaba con su móvil hacia Leonor.
Entre la diversión y el deber: Los desafíos de la princesa Leonor en eventos públicos
Aunque la princesa Leonor mantuvo en todo momento un comportamiento cordial y cercano con sus compañeros, las copas de más no pasaron desapercibidas.
Fuentes cercanas aseguran que la joven, a pesar de su temple habitual, se mostró más relajada de lo esperado, lo que alimentó los rumores sobre su consumo de alcohol durante la fiesta.
Mientras algunos asistentes calificaban su actitud como “divertida” y “liberada”, otros aseguraban que esto puso en aprietos al personal de seguridad, que trabajó sin descanso para evitar escándalos mayores.
Aunque estas fotos no llegaron a circular públicamente gracias a la rápida intervención de la escolta, el incidente ha desatado un debate sobre los límites de la privacidad de la futura reina de España en eventos semipúblicos como este.
El incidente en Marín pone de manifiesto los retos que enfrenta a la princesa Leonor como heredera al trono.
Mientras busca integrarse y vivir experiencias normales como cualquier joven de su edad, la constante vigilancia de su entorno y el interés del público en su vida personal limitan su libertad.
Este episodio demuestra que, incluso en un ambiente aparentemente controlado, mantener la privacidad de la futura reina de España sigue siendo un desafío para la Casa Real.